domingo, 8 de septiembre de 2013

Ausencia



Tu espíritu permanece adherido a las paredes de mi casa, las huellas transparentes de tus pies acarician las baldosas y las lágrimas de tu despedida motean todavía los cristales de la ventana.

Tu ausencia me persigue con pasos silenciosos, su eco resuena en un pozo profundo y seco. Te busco detrás de las puertas, en los rincones polvorientos. Por las noches el suplicio es todavía más intenso: respiro el vacío que has dejado en el sofá y me ahogo en ese hueco de mi cama imposible de llenar. Al abrir el frasco de colonia que olvidaste, aspiro el perfume, huérfano del aroma de tu piel. Busco entre las sábanas el sabor de tus besos y la única compañía que encuentro es la de la luna insomne en la ventana. Sé que ella, dentro de siete días, también se irá. Es la única certeza de mi vida. La duda es si tú regresarás con ella.

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